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Otra noche sin ti
Esperando que me lleves
Intentando entender
Lo que intento
Otra noche en la que tu sonrisa
Se cuela de rondón en mi mirada
Tú respiración, intuida
Recoge mi ritmo.

Sin ti, contigo
Presente en cada acto
Pensamiento, sueño…
Contigo, sin ti
Echando de menos
Hasta lo que no tuve

Mi vida respira
Un aire de soledad
Marchita y ajada
Se me va en el aliento
En la tristeza de no verte
Y en la necesidad de tenerte

Otra noche sin ti
Esperando a que llegues
Intentando comprender
Por qué la pretensión
Otra noche sin tu risa
La que me invade
Me falta
Ni respirar puedo
Y me pierdo
En otra noche sin ti…


(JLCT. Todos los derechos reservados)

Tengo la emoción
Que no contengo
Has venido a mi encuentro
Y la vida se ha vuelto Del revés
Las cosas son
De la luz y del sol
Ya no hay noches eternas
Hay amaneceres constantes
Y el rocío es una sonrisa
En el envés
De tus hojas.
Me rendí
Y equivoqué el camino
La luz del faro
No dejó ya más dudas
El rumbo era el verde
De tus ojos reflejados
Ahora levanto la vista
Mi cabeza ya no se hunde
Y mis piernas son pámpanos
En un otoño
Fuera de fechas y estaciones
Reverdecen
Y el invierno ya no asusta
Y el calor ya no se escapa.
Mi sangre que fue agua
Se espesa en la espera
Y el latido no es un ruido
Es una música
La del amor
La de la verdad
Hoy es mañana
Un mañana supeditado
A el sentido del sentimiento
Abrí mi pecho
Y no quiero cerrarlo
Hasta que en él
Encuentres el refugio
Que tú construiste.

Ven.


(JLCT.Todos los derechos reservados)

Hermoso la exprecion de tus palabras cada una es una invitacion a seguirte leyendo y hechar a volar la imaginacion.
la forma como describes tus el dia,la sonrisa todo tu , como quieres que sea mequedo sin palabras.
G R A C I A S por tus escritos y mas por los de este aspecto...

Llegaste sin saber
Que traías el viento
Enredado en tu pelo
El fulgor de un verde rayo
En tus párpados escondido
En tu boca la lluvia de un beso
Y en la perla de tu risa
La calma que pierdo
Y el cielo se hizo
De algodones y besos
El sol se asomaba
Y no quiso verlo
Huyó colorado
Y vino tu viento
En el aire quedaron
Olores del tiempo
Y las horas se fueron
Entre caricias sin cuento
Y toda luz se centraba
En la celda de tu cuerpo
Tanto viento contenido
Tanta agua, tanto rayo
Tanto trueno...
En la noche no dormida
Fundida en mi cuerpo
Fuiste tempestad
Fuiste el fuego
Fuiste el viento

Ahora la calma
Sólo se para ante tu puerta
Y me abandona la tormenta
Busco en esta tierra árida
Un poco de lluvia
Algo de ese viento
Un fulgor, acaso un reflejo
Y salgo a la calle
Y no hay hojas en el suelo
Todas las llevaste
En esa noche
En la que sellamos
El pacto de sangre
Firmado en el viento
Jurado entre rayos
Bautizado de lluvias
Reafirmado en el trueno.

(JLCT.Todos los derechos reservados)

Me miras y eres el haz
Verde luz de mi sol
Hay un calor en mis labios
Y una certeza en mis ojos
Los tuyos.

Contengo lo que no retengo
La idea se va al encuentro
De tu vida
Y suspiro al enterarme
De tu existencia
De ti : mi vida

Lograrás encontrar
La vena en que desangrar
El amor que me atenaza
O quizá te marches
Sin sentir que mis pasos
Quisieron tenerte contenida
En un silencio de miradas
En un mar de salivas

No es trabajo ni mentira
Es mi alma que suspira
Mi corazón enfermando
Mi mente que imagina
Son tus labios
Son tus ojos
Son las cosas sabidas
Son las horas que no tengo
Son las lágrimas vertidas
Esas que no viste
Y que supiste besar
Así lo sentí mi vida

Ahora quisiera, tener
Tener una lágrima mía
Tuya en mi mirada
Tuya por ti
Por ti amor.
Luz de un sol
Luna ya atardecida.


(JLCT. Todos los derechos reservados)

A mi mismo:

Hoy cuando llegues a la entrada de tu casa,
Deberás cerrar ya el paraguas,
Olvidas tantas cosas…
Deberás estar pendiente de que al tomar el ascensor,
Pulses el piso correcto.
Abre la puerta con cuidado,
Y solo cuando el ascensor esté parado.
Al acercarte a la puerta de tu domicilio,
No se te olvide tener las llaves en la mano.
Escoge la más grande,
Esa plana de color dorado
Y de manera que entre en la ranura
Que tiene el bombín de la cerradura,
Gírala, y cuando notes un chasquido
Significará que la puerta está abierta.
¡¡¡Olvidas tantas cosas!!!.

Cierra la puerta,
No la dejes nunca abierta,
Pueden entrar ladrones a robar lo poco que tienes.
Deberás llegar al dormitorio,
Colgar la chaqueta que ahora llevas puesta,
Ponte algo cómodo y pon tú música,
La que te suele apetecer.
Olvidas con una facilidad pasmosa…

Dispón todo como casi siempre,
Haz tus cosas,
Deberías leer un poco el dossier
Ese que te amarga,
Tendrás una reunión y no estarás preparado.
Recuerda,
Por que olvidas casi hasta como se debe andar,
Que tienes un ordenador.
Conéctalo, ya sabes donde,
Arriba a la izquierda, el botón azul cobalto.

Siéntate, ponte las gafas
Y en el icono de conexión a redes pinchas,
Una vez es suficiente.
Ahora estarás en internet,
No debes olvidar que puede que hayas olvidado algo,
Pero eso es normal.
Todos olvidamos algo alguna vez,
Solo que tu eres un poco cabeza de chorrolito,
Olvidas hasta como masticar el chicle.
Así es que para recordar lo que debes hacer hoy,
Escribe estas líneas,
Empezando por:


A mi mismo:

Hoy cuando llegues a la entrada de tu casa,
Deberás cerrar ya el paraguas,
Olvidas tantas cosas…
Deberás estar pendiente de que al tomar el ascensor,
Pulses el piso correcto.
Abre la puerta con cuidado,
Y solo cuando el ascensor esté parado.
Al acercarte a la puerta de tu domicilio,
No se te olvide tener las llaves en la mano.
Escoge la más grande,
Esa plana de color dorado
Y de manera que entre en la ranura
Que tiene el bombín de la cerradura,
Gírala, y cuando notes un chasquido
Significará que la puerta está abierta.
¡¡¡Olvidas tantas cosas!!!.


(JLCT. Todos los derechos reservados)

Ayer salté para coger la luna.
Para alcanzarla y rodearla con mis brazos.
En el salto perdí el pie.
Al caer me zambullí en el lago de su reflejo.
La pálida luz me envolvió.
Sin querer, me quedé contemplándola.
Pero ella al notar mi mirada,
Huyó tras la montaña.
Todo fue oscuridad
Y el lago era un pozo negro
De desesperación y ansiedad.

Mis brazos forzados,
Doloridos por el esfuerzo,
Se negaron a responderme.
Al llegar a tu lado, no pude abrazarte.
Me miraste extrañada.
Me volviste la cara,
Al verme manchado con la plata de su luz.
Te alejabas y mis brazos
No se movieron para detenerte.
Mi voz no salía de mí,
Afónico por el frío de las aguas.
Mis piernas no quisieron correr.
Te fuiste, huiste tras la montaña.
Todo fue y nada quedó.

Ayer me encontré con el sol,
Se debatía con las sombras.
Su fulgor me cegó.
Le quise preguntar, que me dijera.
Callado miraba la tierra.
Los vientos trajeron nubes de tormenta.
Cubrieron su cara
Y un frío inclemente segó la hierba.
La lluvia golpeaba mi rostro,
Que se volvió acerico de mil abejas.
Los truenos apagaron mi voz entrecortada.
El relámpago tejió una telaraña de miedo.
Busqué refugio en la mar.

Sus voces eran olas,
Y la espuma su saliva.
En las rocas se encontraba con la tierra
Y protestaba su dureza.
En el juego del reflujo
Se escondía algún tesoro.
Y ni el lucero ni la sima profunda
Quisieron ayudarme.
No había cantos de sirena que escuchar
Y la música solo era
La de su ser embravecido.
Me quedé esperando que ella
Me trajera la noticia.
Al pie del acantilado,
Me saludaban los albatros.
Y las nieblas se arremolinaban en mis pies,
Para besar mis cabellos.
Fueron mi sudario y mi desesperación.

Solo después de la hora en que el mundo
Deshace el camino del carro de fuego.
Solo entonces, me volví.
Anduve por los caminos
Sin saber que rumbo elegir.
Llegué al lago,
Miré a la montaña,
Al reflejo líquido de su espejo.
Desnudo caminé
Y me encontré con el agua.
Sumergido dejé que me abrazara.
En su abrazo me fundí
y no quise nada más
Que la compañía de su náyade.

(JLCT. Todos los derechos reservados)

¿Me equivoqué al sentir…?

Dime que si
Cuenta en tu silencio que no debí
Háblame para acallar
La sensación de no vivir
Mata en mí esta semilla
Destroza las horas que me quedan

¿Me equivoqué al decir…?

¿Dejé de decir algo?
¿Hice omisión de alguna parte?
¿O dije demasiado
Y desnudé lo que no debí?
Enséñame aquello que viste
Eso que te asustó
Lo que me mató…

Me equivoqué al vivir…?

Dime si debí morir
En la hora que tú mandaste.
Si segar mi existencia,
Negarme,
Hubiera ayudado al fin.
Sujeta en tú puño
Mi corazón que aún late
Mata lo que queda de ti
Mata lo que queda de mí…

(JLCT. Todos los derechos reservados)

Alguna vez pequé
siempre lo sé
arrepentirme quise,
no lo logré

Alguna vez falté
a la verdad, mentí
callarme intenté,
no lo logré

Alguna vez, confieso
que la vida me dio
más de lo que pedí,
regalarlo pensé
no lo logré

Alguna vez amé
y el amor pasó,
amar más pretendí
a costa del porvenir,
no lo logré

Alguna vez odié
y el odio quedó
amar me esforcé
no lo logré.

Alguna vez morí
muerto callé
vivir, grité
nadie lo oyó,
no lo logré.


(JLCT. Todos los derechos reservados)

Me fui.
Y mis pasos se pierden, sin dejar huella.
Me fui, no solo por ese día.
Me fui para siempre.
Me fui.

Salí de allí.
Recorrí los metros de acera que me separaban de mi coche
Me senté lo arranqué y no pensé en volver
Recorrí kilómetros en soledad.
El calor y el sueño me vencían.
No volví la vista atrás.
Dejé que las horas pasaran.
Llegué hasta dónde pude llegar
Y me fui.

Otro continente, otro más
El mar aleja todo y la vida transcurre lenta.
Aquel que se va, sabe que no volverá.
Que la vida debe seguir.
Que no hay más.
Que no hay más…

Se va perdiendo la memoria.
Se desdibuja y se confunde.
La niebla del tiempo se posa en las ramas
Como retales de una tela sutil.
Ni el viento del mar es capaz de levantarla.
La sirena de la niebla suena en el puerto,
Con impasible lentitud.
Se adormece todo a su sonido.
Y poco a poco el dibujo de tu rostro ha ido desapareciendo.

Nada queda ya.
Alguien borró el dibujo de las losas de la acera.
El caminar de mil pasos,
El arrastrar de dos mil pies.
Y la lluvia constante…
Ahora el que pasa resbala,
Pierde el pie y mira al suelo extrañado.

No queda más que hacer.
Las noches son solo eso.
No hay una luna constante
Se ha vuelto voluble y asustadiza,
Como una niña y juega con las nubes.
Ya no hay caminos para ella, es inalcanzable
Se ha perdido el misterio y se va.

Me fui.
Para no volver.
Para perderme en mi mundo.
Me fui con toda la intención.
Sin hablar, sin que mis pasos pudieran regresar,
Me fui.

(JLCT. Todos los derechos reservados)

Me he sentado a escribir.
Duelen los ojos cansados de tanta pantalla.
A veces las únicas ventanas
A través de las que miras son estas.

Un cigarrillo en mi mano
Que se consume sin fumar.
Música, siempre música
Me acompaña y me envuelve.
Suena Crop Duster de Pearl Jam,
Vuelven a mi, recuerdos desvirtuados
Por una voz que reconozco.
Ya no son tan duros,
Yo tampoco.

Me he sentado a escribir.
He borrado quinientas veces lo escrito.
He visto como mis dedos se agarrotan
Y las letras pierden su sentido.
Nada merece la pena.

Hoy no tengo ganas de escribir.
No tengo ganas de hablar.
No tengo ganas de oír. 

Me he sentado a escribir,
para decirte que no puedo hacerlo.
Que las horas pasadas dejan su huella.
Que no soy un duro vaquero.
Que Pearl Jam me habla
y añoro sus pesadas guitarras.

He vuelto a borrar lo escrito.
No puedo escribir nada coherente esta noche.
Tampoco el día ha sido tan malo.
Simplemente ha transcurrido,
Como transcurren todos los días.
Una hora precede a la siguiente.
Y se van en esa rápida o lenta concatenación.
Suceden cosas que miro como espectador.
Privilegio que me arrogo.

(JLCT. Todos los derechos reservados)

Quien te dijo que volvieras,
Rige las horas del día.
Sol que anida en mi entraña,
Fuego que ella aviva.
En la luz me deshago
Y a oscuras no hay vida.
Mi sal se ha derramado
Y se me escapa la historia,
En los granos que en el suelo
Chisporrotean y brillan.



Pasión perdida en la nada.
Alimentas mi herida.
Alientas la presión que en mi seno se delata.
Retuerces el tiempo contenido en tu clepsidra.
Luz que envuelves mi noche,
Que en mi vientre te refugias,
Cubre mis horas negras,
Ven a mi, lava mi vida.


Haz que mi sueño sea
Como mi sueño quería.
Viaja en el tiempo, en mi letra,
Cabalga en mi cima.
Deshaz el largo periplo
Que la marca de tu vida
Tiene previsto en tu sino.
Ven a mi lado, vida.
Vive el imposible
De la nada y la mentira.
Se mía en ese instante
Y aléjate a tu guarida.
Vuelve y vuelve constante,
Mata en mí la lascivia.
Sáciame esta sed errante,
Ataca todas mis iras.
Entra, la puerta está abierta.
Y mi ser te lo atestigua.
Mira mis horas, mis días,
Mira mi frente, mi ser, mi nada,
Mi sueño y mi lucha.
Escucha el palpitar lento y profundo
De un reloj que se debate
Entre el dolor de no tenerte
Y la soñada mentira.


Y en mi largo silencio,
Esculpes tu húmeda huella.
Mi piel se vuelve tu aliento.
Mi mano candente brasa.
Tu pelo serpiente ardiente.
Que me envuelve,
Que me abraza.
Ahogas mi grito en tu boca.
Muero en silencio contigo.
Revierto mi contenido.
Y agotado, entre mis piernas:
Tus brazos,
Duermo y rehago el camino
El que me marca
La limpia arena de tus playas.
Me deshago en tus enojos.
Me deslizo entre tu cuerpo
Y hago mío tu templo.
Izando la bandera
De la pasión que me provocas,
Dejo la vida marchar,
Encerrada entre tu boca.

(JLCT. Todos los derechos reservados)

¿Sabes? No te vi.
Encontré tu rastro.
Tu perfume.
Y la piel se me encogió.
La huella cálida en mi almohada.
Sensación de tu presencia.
Respiré aire enrarecido, una alcoba cerrada.
Mis manos apretaban perdido su asidero.
Piel contra piel, solo un suspiro.
Un color en mi retina.
No te vi.
Te resististe.
Silueta recortada contraluz en mi cortina.
Una marca en la sábana.
Indicio de tu esencia. 


No te vi.
Solo cerrar mis ojos,
me dejó la marca anfetamínica.
Luz caleidoscópica que se pierde si la miras.
Erizado, un frío de ausencia,
lloré a la luna.
Pedí que te perdieras,
a los dioses, a las estrellas.
Y el lobo me gritaba, con su aullido,
que la mañana se acercaba
y que tendría tu piel en mí…
una y otra vez en una danza sin fin.



Y solo llega la mañana,
busco aplacar el malestar,
la ropa no quiere ser una parte de mi.
Roza mi piel sensibilizada.
Resbala, rasga e irrita.
Marcas de garras,
de arados que trazan surcos milimétricos.
Si el sudor de una agonía
se adentra en mis heridas,
si una lágrima se asoma
y recorre mi mejilla,
el dolor se cuela entre la red de silencios,
chirriando en la superficie
de mí sangre adormecida.


Despierto y sigo dormido,
sueño con el calor,
en un día luminoso,
en una fuente de sol.
Salgo a la calle y contemplo,
huelo, siento,
y es tan fuerte el sentimiento
que la gente se apresura,
para olvidar mi cara,
atravesada de un delirio.
Los perros se espantan
y lo pájaros buscan refugio
en las ramas de unos árboles
que al contemplarme se marchitan.
Corro y sin respirar,
alcanzo el zaguán de mi casa.
Refugiándome en el eco,
que dejaron tus pisadas.
Consigo ver la huella
de tu pie descalzo en la arcada,
veo tu silueta en la sombra de ventana.
Sonrío y voy a tu encuentro
y en la niebla ya con calma,
te desnudas frente a mí,
y el humo vela mi cara.
En mis ojos las respuestas
en tu piel preguntas amargas.
En mis manos tus manos yertas.
En mis pies tu mirada.
Abrazo una silueta,
una nada por mi forzada.
Y me hundo entre tus pechos,
buscando salida a mi espada.
Recurro a la fuerza, para tomarte y escapas.
Escapas entre el visillo,
dejando paso a la brisa,
que acaricia mi pelo,
que se trasforma en tu risa.


Extiendo mis manos, y no estas,
no estas, te has ido.
Acaso nunca estuviste, y solo has sido,
lo que yo quise que fueras,
ahora ya no tiene sentido…
No estás.
No estás.
Te has ido.
Te perdiste en un desierto que me robó la vida.
En mi desierto, en mi selva, en mi guarida…
Solo ha sido un día más que se marcha a la deriva.

(JLCT. Todos los derechos reservados)

Hermoso, pero para mi gusto triste... Porque no estar siempre con el ser amado sin alejamientos??
quizas por que somos seres humanos y tenemos muchos defectos y a veces cometemos errores q hacen separarse. verda?
pero bueno todo que aprender de estas experiencia q nos pone la vidad...
GRACIAS por tus escritos es reconfortante para tus lectores al menos par ami algunos de tus escritos asi son.... SIGUE ASI!!!
Pero sin tanta tristeza se puede???
B U E N I N I C I O D E S E M A N A

A veces me pregunto por que hago esto…
¿Adónde me conduce?
Como muchas de las cuestiones que mi vida ha planteado,
Supongo que quedará sin respuesta.
De todos modos sigue persiguiéndome.


A veces veo mis carencias…
Sólo a veces.
Pensar en negativo de mi mismo no es agradable.
Sobre todo si no puedo echar las culpas a nadie más que a mi.
Las veo, las conozco y las sufro.
También las sufren los demás.
Con todo lo que conlleva.
No es fácil saber que los demás sufren.
Y no me disculpo con ello.
La culpa o el dolor que pueda sentir sigue siendo mío.
El de otros no puedo conocerlo,
Aún con la empatía que en mi despiertan.
No soy justo, no soy nada justo, ni en mis actos,
Ni en mis palabras, ni en mis actitudes…



A veces creo que nada cambia…
Aunque mi vida es una constante mutación,
Aunque nada es igual,
Todo parece haberse detenido
En un punto indeterminado que flota en un limbo
De sinsabor y desidia.
La experiencia se ha engrosado,
Pero ni roza el inmutable conocimiento
De que todo lo que hago es un absurdo.



A veces me reflejo…
Es un espejo tan crudo como el cuadro de Dorian Gray.
Todas las marcas que he ido dejando en los demás,
Están tatuadas en mi rostro.
Las que se ven y las que no,
Afloran al mirarme.
Cada arruga de mi rostro,
Cada cicatriz me recuerda lo que he sido, lo que fui,
Lo que daba sentido a mí ser
Y el sinsentido en el que desemboco inevitablemente.



A veces la música se convierte en lo único sano a mí alrededor…
Mi refugio, aún cuando me devuelve en recuerdos
El dolor que busco calmar.
Me envuelve, me transporta a otro lugar, a otro momento.
No puedo escuchar las canciones que escuché junto a ella.
Los discos quedan olvidados, amontonados,
Recogiendo en su brillo las imágenes de esos días.



A veces escribo…
Siempre que puedo centrarme, que no me tiembla el pulso.
Cuando la marea se retira y el pensamiento se calma.
Escribo como puedo.
No escribo lo que sé.
Poco tiene que ver con el conocimiento lo que me ocurre.
Ver que puedo expresar algo.
Exteriorizar lo que de otra manera sería imposible…
Busco consuelo en el refugio que las líneas me ofrecen.
Busco paz en la batalla que cada día resuena en mi interior.
Eco de otras.
Todas ellas perdidas.
Todas ellas sin firmar armisticio.



A veces las heridas se curan…
Mas las cicatrices imperecederas marcan mi cuerpo.
No puedes verme sangrar,
Ya que mi sangre se volvió polvo en tus manos.
Cruzan mis manos venas rotas.
Mi pálida piel se ha cuarteado;
Acariciaron tu cuerpo dormido, despertaron tu deseo.
Ahora se marchitan en este otoño sin sentido.
Heridas internas que clavan espadas de un dolor infinito.
Aceros negros en el alma.



A veces me olvido…hasta de mi mismo…


(JLCT. Todos los derechos reservados)

¿Por qué duele?
Soy insensible
No hay calor que me acoja
Ni frío que me roce
No hay olores
Y los sabores son grises
No hay piel
Ni siquiera veo.

Entonces, dime:
¿Por qué duele?
Soy de piedra
Y ni el musgo se asienta
Soy hielo
Y en mi frío no hay vida
Soy acero
Y en mi superficie
Todo brillo se refleja

¿Por qué duele?
No soy capaz
Soy consciente
De manera limitada
Carezco de carácter
Y no tengo ideas
Soy inconstante y contradictorio
No tengo sueños
Ni imaginar puedo

¿Por qué duele?
Sólo soy solo
Nada quiero
Nada pido
Nada pretendo
Nada

¿Duele?
¿O me invento el dolor
Para dejar de ser fría piedra
Y volverme agua?
¿Duele?
¿O simplemente hago
De la farsa
Y la mentira
Una forma de sentir?


¿Duele?
Si me escudo en mi mismo
Refugiado del viento
A oscuras con la nada
¿Puede doler?

(JLCT. Todos los derechos reservados)

Perlas encendidas,
Rocío temprano en la flor,
Lluvia de la mañana,
Salpicón de un mar en calma.

Así son mis lágrimas.
Suavemente se deslizan.
Bajan por una senda,
Surco de un gesto vano.
Tibieza y sal.
Lentamente se escapan.

Brotan del manantial
De mi mirada empañada.
Su huella líquida,
Su fresco paso por mi mejilla,
Son reclamo de otras más.

Nada las impide pasar
Y al llegar,
Caen entre mis manos.
Como pompa de jabón,
Amontonadas.
Sólidas y brillantes,
Son la cuenta de un pesar,
El rosario de un rezo nunca elevado.

Al momento, las palmas de mis manos,
Las beben, sacian su sed.
El tesoro de su agua,
La inerte sal que contienen,
La parte sutil,
La que las hizo nacer,
Se queda en un filtro de mi piel.
Vuelve a mi lo que fue mío.
Lo que nunca di,
Lo que escondí.



No me verás llorar.
Ni una lágrima daré.
Y un collar con ellas hice.
Aún busco un cuello en que prender.
Una piel que estremecer.
Una boca que al besar,
Sienta el sabor de mi sal.
Unos dientes que al romper
La perla que a su filo lleve,
Suavemente deshaga el camino de mis ojos.
Una mano que al posar,
En el engarce de las cuentas,
Deshaga uno a uno los nudos de mi garganta.
Una voz que susurrada,
Sea la calma en mi pecho,
Que dejen de ser mis suspiros
Una rabia contenida.



El tiempo pasa y mis ojos,
Ya sin lágrimas,
Se esconden en mi cara.
Avergonzados de no dar un brillo.
Atesorando un estallido.
Una tormenta que encienda mi mirada.
Luces saltan a mi iris.
Y no veo.
La superficie de cristal, rayada por el patín
De un tiempo cruento y feroz
No absorbe luz alguna.
Ni reflejo, ni sombra.
Secos ojos enterrados en una tumba de párpados.
Esperando una lluvia que nunca llega.
Esperando una mañana húmeda y fresca.

(JLCT. Todos los derechos reservados)

Pesa el verano.
Cae a pico en mi espalda
Se hacen largos los días
Calor de nadas soleadas.

Pesa el silencio
De moscas y aires
Tardes de azules deslumbrantes
Amarillos de cenizas.

Pesa no estar
Al lado de otro mar
El de tu sonrisa
Embarrancado en la costa de tus ojos
A la deriva en tu pecho
Naufragando entre tus brazos

Pesa el verano
Y se queda estático
Quemando mis ojos
Quemando mí aliento

Pesa el silencio
Se hace sólido
Cayendo a plomo a mis pies
Hiriendo mi piel

Pesa no estar
En este verano
En este silencio
Pesa.


(JLCT. Todos los derechos reservados)

Hoy rompo los puentes
No habrá un te quiero
Se cayeron las luces
Se elevaron los cielo

Las horas eran tardías
Las palabras tempranas
Y mi corazón decía
Palabras al alba amarga

Supe de tu agonía
Te di mi alma entregada
Ahora te vuelves esquiva
Ahora ajena, lejana

Sé de tu mentira
Se tuya mi alma
No me vuelvas la vista
Nunca te pedí nada

No vuelvas con un te quiero
No fui yo a quien amabas
Fueron solo palabras
Quitemos hierro a la espada

Tu que me viste desnudo
Tu que por mi suspirabas
Ahora sé que no fuiste
Ahora supe que no estabas

Solo fue el artificio
De la pasión que encerraba
De la locura de sentirte
Y de una noche sin alba

No digas nada amor mío
No digas nada ya es nada
Pero hoy vi la mentira
Y no tiene bella saya

Mátame si es mentira
Agárrame si deliraba
Hoy te vi con otro
Y mi corazón estallaba.

(JLCT. Todos los derechos reservados)

es mejor q los dos amantes se reencuentre y se amen para siempre como en los cuentos de hadas no crees? pido imposibles????pero bueno esta hermoso verlo , leerlo pero no sentirlo..Bonito como todo lo q haces es lindo.... pero triste y soso..

Los escritos que aquí subo no necesariamente se refieren a circunstancias actuales. Son vivencias, pasadas, presentes o imaginadas...

Sí alguien se diera por aludido es bajo su responsabilidad.

Entiendo que no puedo entender
Aquello que en mi entra
No entiendo como entender
Aquello que no se encuentra
Entiendo que no entiendo
La tercera parte de la tercera parte
De lo que intenté entender
Y no entiendo como lograré
Entender lo que entendí
Y que no supe entender

Entiendo que la intención
No alcanza por si sola
La inteligencia o la comprensión
Entiendo que al anticipar
Dejé de entender de que hablar
Entiendo que al salir
Es prácticamente imposible entender
Como volver a entrar.

No entiendo como lo hice
Para que nada entendiese
Ni entiendo como salirme
De esta incomprensible materia
Remolino de desentendidos
Entendidos como espirales
De los que nunca logro entender
Si acaban o empiezan
En mi falta de entendimiento
En mi carencia concreta
O simplemente que nunca supe
E hice por tener
La inteligencia que no entiendo.



(JLCT. Todos los derechos reservados)

Soy transparente,
Mira en mi interior
Sin miedo.

Soy un cristal
Que no refleja tú mirada
Y en el que el frío
Nunca hará mella.

Soy agua clara
Que te bañará
Si pierdes el miedo
Miedo a sumergirte.

Soy rocío,
De un despertar a ti
Suave resbala,
Si quieta te quedas.

Soy atmósfera limpia
Aíre sin respirar
Que te envuelve
Y te protege.

Soy para ti
Translucido prisma
En el que descomponer
El haz de luz de tus ojos
En arco iris de verdades

Soy para ti
Etéreo como la nube
Pero para ti
Incandescente si te acercas
De hielo y la escarcha
Si te alejas.

Soy para ti
Déjame ser
Para ti.

(JLCT. Todos los derechos reservados)

Saldaremos cuentas de nuestro amor:



Tal como me pediste te extiendo recibo detallado:



He recibido de Doña Rita Loquesedano Sequita las cantidades y conceptos que a continuación se detallan:

7.768.234 besos que se han repartido de la siguiente manera.


• 670.321 besos en la mejilla

• 4.562.732 besos en la boca 
o Con lengua 3.475.227
o Sin lengua 1.000.322
o Sin Lengua pero con mordisco 87.183

• 956.652 besos robados

• 750.269 besos en otras partes de mi piel

• 653.258 besos en otras más.

• 169.045 besos para quedar bien

• 5.421 besos inacabados

• 528 besos indescriptibles

• 8 besos de mariposa


2.345.721 abrazos varios


11.797.896 caricias, tal como se detallan en la lista que sigue:


2.563.987 caricias en la cara y aledaños

5.123.562 en el tronco y extremidades superiores

1.345.238 en el abdomen y más abajo

2.765.109 en las extremidades inferiores y más arriba



894.950 roces de complicidad


2.010.234 veces nos cogimos de la mano para caminar, ver una película, charlar…


29.950 veces hicimos el amor satisfactoriamente (en mi humilde opinión)
Para el detalle de las posturas y horas del día mirar anexo
1
230 veces no tan satisfactoriamente

254 fueron fallidas por causas ajenas a nosotros

1 nos pillo tu padre


Las muestras de cariño mutuo profesadas ascienden a la cantidad de:

24.802.470 (Veinticuatro millones, ochocientas dos mi cuatrocientas setenta.) s.e.u.o.



Lo que se firma en el día de la fecha para que conste y surta los efectos oportunos.



(Indícame el medio de pago, lo haré efectivo a vuelta de correo)

Me queda de la noche
El sudor desperdiciado
El beso no dado
La palabra callada
Me queda la caricia
Acabada en la sábana
El suspiro comprimido
La tibieza perdida.

Me queda de la noche
La ausencia de sabor
La falta de color
El calor de una estufa
En la estancia oscurecida
Me queda la huella
Marcada en la retina
De una luna que se burla
Y se va.

Me queda de la noche
El cansancio de no ver
El sueño pegado a mi piel
Y me queda
Lo que dijiste ayer
Y no pude entender
Me queda la sensación
De perder sin haber tenido
De tener sin haber sentido
De necesitar
Y es un sinsentido.

Me queda de la noche
La noche misma
Me queda la paz
Y la lucha sin cuartel.

Me queda tú palabra
Sin oírla
Sin hablarla.


(JLCT.Todos los derechos reservados)

No soy capaz de dormir
La noche llega dejando el sueño atrás
Los sueños olvidan su origen
Renegando de su creador

Se me escapan los días
Las horas se vuelven negras
En el aire viciado de mi cuarto
Vacío, sólo completo por la falta
Relativo silencio que me encarna

Noches de vela
No hay cabo que la encienda
Ni luciérnaga brillante
No hay horas anhelantes

Lágrimas que esconden ojos
Parpados no cerrados
Viento de mis ventanas
Aliento de la mañana
Mañana que en mis adentros
Tarda en llegar siempre temprana

No acude el sueño
Me olvidó en la revuelta
De una calle ahora umbría
El eco de la aurora
Se pierde en las negras horas
Y no acude nadie
Nadie llama

Espero despierto
Por si reclaman
Espero y cuando no quiero
Traidor me rapta

No acude, no me llama
Me arrebata y me desarma
Y entra la luz y entra la mañana
Y sigo en él perdido
No acude, me vence
Me gana.

(JLCT. Todos los derechos reservados)

Hermoso, melancolico, deseoso, en fin sentimientos encontrados uno a uno.....
bellisssiiiiimmoooo!!!!!

Frustración
Invasora de ilusiones.
Caminas entre las palabras
Te escondes en el corazón.
Escuchas los sueños
Y con un batir de tus alas negras
Disuelves toda esperanza.
Hay un lamento que quiere estallar en ti.
Arrebatada sigues
En ese silencio aplastado de insecto.
Eres el alimento no buscado,
No sacias hambre que no sea el tuyo.
Maquinas las maneras de llevarte otro bocado.
Y en las llagas,
Mezclada la sangre con tú saliva inmunda,
Dejas la simiente de más de ti misma.

Frustración,
Intuyes el valor de lo destruido,
Y en la sorna de tu risa,
Reflejas las muecas de aquellos que destruyes.
Eres un colapso de fuerza,
Alimentado por la falta de energía.
Has despojado el esqueleto de todo brillo
Y amenazas con la danza estrambótica de la desesperación.
Contienes lo incontenible,
Secuestrando las piezas perdidas del puzzle de una vida.

Más allá de tu propia esencia,
Esa esencia destruida,
La del que en tus brazos
Duerme las noches sin sueño,
Sigues escondida,
Acechante loba sin temor.
Entre las garras: tú presa,
Entre tus dientes, el sarro del dolor
Y en tu piel el semen del amante, malgastado.

(JLCT, Todos los derechos reservados)

Mi realidad huye aterrada,
Acaba de conocer el interior de la verdad.
He desnudado las mentiras
Y su belleza estriba en la propia desnuda verdad.
Confiaba en soportar aquello
Que se me ha hecho hasta ahora insoportable.
El dolor se acerca cada día más
Y taladra las costras que se formaron
Al cicatrizar las antiguas heridas.
Estoy perdido entre la fantasía y el terror.
Incapaz de vislumbrar eso que dicen que no se puede ver.

Y tú te acercas a mis sombras, sonriendo.
Posiblemente no te das cuenta
De lo que engullen con su placidez.
Insiste en que será aquello que crees,
Y no te percatas de que las creencias
Son solo más ilusión.
Confundida,
Agarras mis manos para no perder la referencia,
A mí, mis manos, las del desorientado.
Sigues pensando que son los brazos
Que te han sostenido en este tiempo.
Los míos, los de goma,
Los que no soportan el peso de una pluma.
Y abrazada a mí pecho confías,
Vuelves a hacerlo,
A pesar de los pesares,
Pesares que persisten.
Pesares que hunden mi pecho
En la sima de la muerte.

Puedes huir, pero te retienes,
En la disculpa de todo aquello que equivoco.
Nada importa si en mi mente se ha perdido la lógica,
Eso formará parte de mi encanto.
En la belleza de mis palabras,
O en la fealdad horrísona de lo que en realidad contienen,
Siempre encuentras embeleso.
No adviertes la impotencia
Y la confundes con el deseo.
Por más que diga, no es válido el concepto,
No hay disfraz para al canto de esta sirena
Al que te entregas contenta.

Para que terminar este escrito.
No habrás entendido y me dirás “que bonito”…
Y no hay nada hermoso en él.
No hay más que la señal de un peligro que no ves.
Ese peligro soy yo.
Y yo soy destrucción.


(JLCT.Todos los derechos reservados)

Llenaré mi vida con las cosas mas dispares.
La lluvia agota su caída.
El aire transforma los olores del otoño
Y me transporta al bosque en el que guardé el tesoro.
Sigue escondido en su caja de latón,
Fundido con la tierra que los años
Fueron amontonando encima.


El esqueleto dormido de aquel pez,
El lazo de la mujer,
El mensaje que quise hacer llegar a mi yo adulto,
La perla de una canica gastada,
El imperdible que no debí perder,
La cuerda de mi peonza olvidada.
La moneda de dos reales, perforada.
Una carta del juego que llenaba las tardes de agua.
Una flor que guarde en mi libro.
Una pepita de girasol negra y gris,
Me sorprendía que de aquella simiente oscura,
Saliera la flor más luminosa.
Una foto, yo…con una jota en mi jersey,
Andando por la acera de la calle en que nací,
Un pie en la carretera…el otro en el bordillo.
La punta de la flecha de mi primera batalla perdida.
El aro plateado del llavero de papá.
El chicle bazooka, que robado en la tienda, sabía mejor.
Un lápiz gastado con el que me escribí.
El polluelo momificado de una urraca, recogido del nido,
Muerto por una araña, que tejió su sudario.



Tapado todo por el pañuelo
Que muestra la sangre de aquella tarde.
La tarde en la que bajé a la playa
Y llorando prometí no hacerlo más.
La sangre que recorría mi cara
Mezclada con mis lágrimas de rabia e impotencia.
La sangre que solo él se atrevió a derramar.
Tarde en la que el sol me deslumbraba,
Reflejado en el agua calma.
Miles de espejos y olor a arena mojada.
La marea se retiraba
Y recogí la caja que ella me regaló.



Me fui al bosque, donde la fuente y las urracas anidaron.
El musgo y la luz se enfrentaban.
Al borde del camino que llevaba al muelle olvidado,
A la derecha del esqueleto del barco rojo,
Cien pasos, a la sombra del olmo.
Allí enterrada se ha fundido con el tiempo y la memoria.
Ahora nada crece en ese lugar.
Ni la hierba, ni la ortiga.

(JLCT.Todos los derechos reservados)

Hay palabras que se esconden en el corazón.
Laten en la sien como si fueran
La voz de la vida.
Palabras que no se dicen,
Nadie oye, nadie lee.
No tienen nombre.

Hoy he escondido palabras
Que sólo tú podrás leer, oír.
Las guardé, para poder decirlas.
Las reservé para que tú las dieras nombre.
Para que en ti se encuentren
Y mezcladas en tú sangre
Lleguen a tú corazón.

Estoy guardándolas,
Y sólo soy el custodio de algo que no es mío.
Al nacer se deberían quedar contigo.
Las escondo.
Las atesoro en mí,
Me invaden,
Antes de que lleguen infectar tu vida
Y queden en ti para siempre.

Sólo te las transmitiré en el primer beso.
Y no volverás a ser la misma.

(JLCT. Todos los derechos reservados)

Llévame

Donde cae el agua, rompiendo en espumas,
Colores de luz.
En la silenciosa revuelta de ese jardín.
En medio de la difusa paz de un otoño amarillo.
En el dormido azar de el amor que se encuentra.
Donde la fugaz presencia
Se desvanece con el hilo de un pensamiento.
En la rama de la que cuelga el tejido del sueño.
En la sumisa placidez del canto descuidado.
En el perfume de tu aliento suspirando.
Donde la materia se transforma en liquida energía.


Donde la turgencia no lleva a la caricia.
En la levedad del vuelo de algún ave.
En la lentitud del paso de un tiempo incontado.
Incontable.
Allá dónde viaja la imaginación
Llevando el cuerpo que has soñado.
En la superficie inmaculada
De una nieve que quema.
En el relato de una historia
Que se desliza por la pendiente del amor.
En la limpia lágrima de un primer llanto.
Donde la cabeza reposa,
Hundiéndonos en la pasión.


Donde está la liturgia que solo el amante conoce.
En la presión de un aire que explota en los pulmones.
En la sorda sensación de carecer.
En la coraza que destruye las espinas de una rosa adormecida.
En la condena desmedida
De no sentir tus labios en los míos.
Donde la mar se oculta para desnudar sus olas.

(JLCT. Todos los derechos reservados)

Luce el sol, mañana clara,
En los ladrillos dorados su reflejo.
Hay en el día una paz de espera.
Y el olor de un otoño por llegar,
Se hace presente.
Hay un azul añil de mirada oculta
Y los alberos se marchitan en sangrientos ocres.
Un silencio que es de tiempo
Y un calor que se despereza entre hojas caídas.
Blanco de cal y frío,
Descuido de balcones engalanados de coladas.
Se mueven a la brisa mañanera,
Un pájaro salta en la jaula,
Ha roto el barrote con su trino de plata.

Hay cansancio de fiesta
Y desusado caminar cansino.
Se desmadejan las sombras entre las callejuelas.
Lucha la humedad por definirse.
Trozos de noche se esconden en la esquina
Y los rumores son los de un alba amarilla.
Plata marina encadena una nube,
Se deshilacha en un vapor de sueño.

Prende el cielo en la mañana, encendido.
Son las primeras horas que se caen, inconsistentes.
Vuelan y protestan las gaviotas, deslumbradas.
El perro despierta a la ventana.
Un barco se acerca en lontananza,
Juega con las olas perezosas,
Que en arreboles de espuma se deshacen…
Luce el sol, mañana clara.

(JLCT. Todos los derechos reservados)

Ante la inmensidad del cielo, en lo alto de aquella alta pirámide, pude verte a la sombra del árbol. Cálida mañana de humedades. Los ojos negros de los cenotes miraban a las nubes. Ellas se contemplaban en la superficie.

Mis manos sudorosas, mi camisa pegada al cuerpo y en el cuello un pañuelo que recogía el sudor. Mirar ensombrecido por el enrejado liviano de un sombrero. Piedras enegrecidas un verde intenso de jungla, viento que juega con las nubes que corren deprisa. Sentado pienso en no bajar. Los días pasan más deprisa que en el último año. Se han ido sucediendo y me iré.

La arena blanca, el agua turquesa, las noches demasiado cálidas, todo ello se queda. Yo me voy. Mi estómago acostumbrado a lo extraño y no al fuego, se retuerce. Te veo. Estás sentada, esperando a que baje, no miras a lo alto. Alguien se acerca y conversas señalando con el dedo en una dirección.

Bajo en zig-zag, para no bajar rodando. El esfuerzo vale la pena, mis pies rozan la piedra, mis ojos fijos en cada escalón pierden la realidad.

Semanas de descanso, busco playa y soledad, algo que hacer, que visitar. Asolado entonces por algún huracán caprichoso, llegué al hotel. Recortado trapecio se adentra en la playa. Nadie conocido, nadie con quien hablar. Un coche de alquiler y un mapa me llevan. Busco sitios dónde perderme, y acabo entre iguanas y peces irreales. O en ciudades perdidas de nombres familiares.

No como casi. El calor, las horas bebiendo la suave cerveza me quitan el apetito. Sólo una cena ligera, que suelo hacer en el hotel. Se sienta alguien en la mesa de al lado. Solo una mirada, se cruza. Ojos negros. Enormes, en una cara suave que se recorta entre un pelo negro azulado, brillante.

Otra noche más. Me siento en la barra y pido tequila. La veo sentada en una mesa. Mira. Me vuelvo hacia el camarero. Algo se clava en mi espalda. Me incomodo. Pago y me voy, por el sendero, con manos en los bolsillos, paseo desganado pensando en ella.

Fue ella. Se acercó e inició la conversación, desmadejada e inconexa. Aquella noche casi no dormimos. Solo hablando, de ella, de mí. Se fueron las horas. Quedamos.

Aquel día me llevó donde la historia y el mar se funden y confunden. Hablábamos de cosas que nos resultaban ajenas. Sorprendíamos en el otro una mirada o un gesto. Y el coche nos llevaba, nos traía el confuso verdor. Lagunas, playas, islas. Un barco alquilado, un equipo de buceo y el tesoro del color de un fondo de coral.

Buscamos playa con palmeras. En el chiringuito, alemanes, bebiendo cerveza y viendo fútbol entre gritos, caras encendidas y sudor. Sentados en una esquina, mirábamos entre divertidos y temerosos de sus reacciones. El día terminaba y volvíamos al hotel.

Ella no quería cenar allí. Fuimos a cambiarnos. Esperaba al frescor de la piscina iluminada, su figura, aparecía recortada en la puerta, vestido negro que se ceñía a sus curvas, sonrisa, grandes pendientes que jugueteaban en su cara. A la luz de la luna caribeña, se me antojó la mujer más bella del mundo.

Aquella noche, en una cueva, cenamos. No había nada más que ella en mi mirada. Todos los gestos, sus ademanes…los memorizaba. Al acabar la cena, se hizo un silencio. Ella acerco su cara a la mía. Nos besamos…

Me acerco, jadeante, te levantas y extiendes tu mano. Miras a mi cara con disgusto, y quitas el sudor que me cubre con tus manos. Me besas y pasas tu mano por mi cintura, caminamos y me dices que no subes, ya lo hiciste antes, o ya lo harás…Nos alejamos de la pirámide, hablando de nada, sabiendo que las horas son solo una cuenta atrás que nos lleva a perdernos para siempre.

(JLCT. Todos los derechos reservados)